Aeroisla...


1993
La historia comienza durante un viaje del por entonces presidente Carlos Saúl "1ero de Anillaco" Menem, a Holanda, donde firmó un convenio de asistencia para que ese país asesorara a la Argentina en temas de hidráulica.
Con ese convenio como marco de referencia, la empresa Intmaco (representante local de la firma holandesa Royal Boskalis Westminter Group) inició un trabajo de prefactibilidad técnica y económica del proyecto.

04.07.1005
Intmaco y Royal Boskalis presentaron formalmente el estudio de prefactibilidad, que costó 2,5 millones de dólares aportados por la corona holandesa.


03.08.1995
La por entonces Secretaria de Medio Ambiente, María Julia Alsogaray, presentó en reunión de gabinete nacional el proyecto de la aeroísla, sin realizar al menos, un estudio de impacto ambiental
que no sea el de la propia empresa interesada.
Dicha presentación generó rapidamente una polémica entre ella y el vicepresidente de la Nación, Carlos Rickauf.
El hecho sacó a la luz las verdaderas inteciones de los hombres del gobierno. El punto de discución era el uso que se les daría a las tierras de Aeroparque, ubicado en la zona más cara de Buenos Aires.



En Septiembre de 1995,
el presidente Menem, viéndo el filón económico que resultaria de la venta de los terrenos del aeropuerto metropolitano y ordenó al UCeDecista Ing. Alvaro Alsogaray, llevar adelante el proyecto que propuso transportar el aeropuerto Jorge Newery a una isla artificial de 323 ha, construida en el Rio de la Plata a escasos 1,6 km de la actual costanera.
La "aeroisla" estaría comunicada con la ciudad por medio de un tren rápido que estaría conectado con el subte "D", una autopista unida con la Av. Costanera y estaría construida a 1,20 metros sobre la cota máxima de marea del Rio de la Plata. Tendría un costo estimado en 1.600 millones de dólares que aportarían el Estado nacional, la empresa constructora (de origen holandes) y un holding de bancos norteamericanos en concepto de préstamo a cubrir con la explotación de dicha terminal aérea. Contaría con 1 pista de 2500 m y 40.000 m2 cubiertos.
Lo más interesante de éste proyecto, era que una de las premisas que habían hecho tomar la decisión faraónica, era la de "eliminar el riesgo inminente de accidentes con aviones en los alrrededores y la ciudad", lo que llama poderosamente la atención si solo se corria la vía aérea en poco más de 1500 metros de la actual ubicación... Además, dentro del perímetro de la aeroísla, estaba proyectado realizar un hotel de 10 pisos! (Sí... increible!!!)


22.08.1996
El Ing. Alvaro Alsogaray y el Jefe de Gabinete, Jorge Rodriguez, crean la empresa "Aeroisla SA" (integrante argentina del consorcio) y junto a Alberto Goti, flamante presidente de la misma, presentan en casa de gobierno un proyecto mucho más ambicioso aún.
Se proponen amplian la aeroisla anterior y llevarla a 528 ha lo que implicaba una inversión adicional de 930 millones de dólares. La nueva terminal tendría 2 pistas de 3500 metros y 130.000 m2 cubiertos y una capacidad operativa de 28 millones de pasajeros anuales.
La idea, ahora era la de pasar la operatividad del aeropuerto de Ezeiza, Ministro Pistarini, también a la nueva terminal para el año 2020.
A contramano de todos los aeropuertos del mundo, en vez de alejarlos de los centros urbanos, el gobierno nacional argentino pretendía ubicarlo a metros nomás de las zonas residenciales densamente pobladas.

06.06.1997
A pesar que en un principio el proyecto de la aeroisla establecia que una vez habilitada se cerraría el actual aeroparque y se destinarian 60 ha del mismo a su urbanización, la resistencia tanto política como social que ocasionó la idea produjo un cambio de planes. Claro había un detalle no menor, que hacía caer todo el megaproyecto.
Las tierras del aeropuerto estaban escrituradas a nombre del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y un fallo de Febrero de 1997 de la Cámara en lo Contencioso Administrativo Federal, confirmaba la medida presentada por el gobierno porteño, a cargo del Dr. Fernando De la Rua, lo que impedía al estado nacional la venta o explotación de esas tierras.
El proyecto ya no era negocio y el proyecto se hundió en las pálidas aguas del Rio de la Plata, pero todo no quedaría allí.

31.08.1999
El vuelo 3142, de la empresa LAPA, se estrelló en el Aeroparque Jorge Newery a las 20:54 hora local, cuando despegaba con destino a la ciudad de Córdoba, protagonizando uno de los accidentes más graves de la historia de la aviación argentina.

Imposibilitados de frenar antes del fin de la pista por la velocidad que traían, continuaron la carrera fuera de ella, rompiendo luego las vallas del perímetro del aeropuerto, cruzando una avenida, arrastrando en su trayecto a un automóvil que circulaba por ella, para terminar colisionando sobre unas máquinas viales y un terraplén. La pérdida de combustible sobre los motores calientes y el gas expelido por la rotura de una planta reguladora de gas existente en el lugar, provocaron el incendio y destrucción total de la aeronave.

En el accidente murieron 65 personas, mientras que 17 resultaron heridas de gravedad y otras tantas levemente.

02.09.1999
Apenas dos días después del accidente el lobby "pro aeroisla" reflotó de las turbias aguas del Rio de la Plata demostrando que siempre hay ocasión para insistir en un viejo proyecto, o un buen negocio, incluso en medio del desastre.
El presidente Carlos Menem lamentó anoche en el programa “Fuego cruzado” (conducido por Marcelo Longobardi y Alfredo Leuco) que en el avión de Lapa viajara “gente amiga”, pero recordó que “-por ahí tiene que ocurrir, lamentablemente, un hecho de esta significación para que empecemos a reflexionar de nuevo-”. Y sugirió un tema de reflexión: “-Hemos dado duras batallas e inclusive intervinieron jueces cuando nosotros proponíamos sacar el Aeroparque de ahí y construir la aeroísla, y eso está todo documentado-”.
“-Fue un error descartar esa idea, era excelente-”, lo ayudó Rodolfo Barra, ex viceministro de Obras Públicas y presidente del Organismo Regulador del Sistema Nacional de Aeropuertos (Orsna). Y comentó que si el accidente hubiese ocurrido en Ezeiza el “riesgo adicional”, por el hecho de estar enclavado en medio de la ciudad, no hubiera agrandado la tragedia.
Ya sin tiempo y con el fin del mandato encima, no se insistió más en la idea faraónica y solo se continuó "supervisando" a los aeropuertos privatizados.

De los créditos recibidos, indemnizaciones y dinero gastado... ni idea...

Otra promesa incumplida!!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario